El orden de interacción social establecido hace ya algunas décadas, (después de la Segunda Guerra Mundial), encontró un punto de condensación y presión a raíz de las nuevas dinámicas de comunicación e interconexión global. Por lo que no resulta extraño que fuera de esperarse la exigencia natural de un nuevo punto de equilibrio. Uno en el que la consolidación del orden precise del desorden para establecer algo nuevo. Pensemos en un vaso con agua perfectamente ordenado. Si añadimos una cucharada de sal, el líquido original entrará en caos alcanzando su máximo grado de entropía mientras disuelve por completo los granos sólidos que se integran al líquido. Tiempo después, tendremos entonces como resultado una nueva mezcla equilibrada, agua, pero salada. La dualidad "caos-equilibrio" convive con nosotros de manera cotidiana. Conocer las leyes de la naturaleza nos permite también interpretar los resultados de las mismas en el contexto de nuestra dinámica social, por lo que el caos pasará y vendrá entonces una nueva época de paz y crecimiento.
“No acepten lo habitual como cosa natural pues en tiempos de desorden, de confusión organizada, de humanidad deshumanizada, nada debe parecer imposible de cambiar”. Bertolt Bretch.
Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.
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